miércoles, 27 de febrero de 2013

El dinero no da la felicidad, pero prefiero llorar en un Ferrari


"Las cosas más importantes en mi vida son: el dinero que tengo y los placeres que me da el dinero" Chuck Bass

Querido pobre,

¿Qué el dinero no da la felicidad? A veces me pregunto quién habrá dicho esa chorrada de frase. Es obvio que sí que la da. Vamos, ¿quién no quiere tener dinero?, estar forrado. Yo quiero, y creo que todo el mundo piensa igual que yo, bueno, menos los que se retiran a la vida espiritual y algún otro personaje de por ahí.

Planteándome mi futuro estos días, llegué a la conclusión que la sociedad está encaminada hacia el mismo objetivo: forrarse.
Estudias en el colegio para entrar en una buena universidad de la que, más tarde, saldrás formado para ponerte a trabajar en una buena empresa, cuyo puesto de trabajo esté bien remunerado. Es decir, todo gira al rededor del dinero. Cuanto más mejor.

Yo ya estoy forrado, lo que quería, bueno estoy en ello porque todavía no me he echo con el último "Ferrari 360 módena".



Un abrazo del hombre que no entiende de que va la vida.

PD: Si ves al amor, dile que se acerque por mi mansión.


Jaime M

lunes, 25 de febrero de 2013

Evitar lo inevitable

¿Un mal día? Eso sí que es gracioso. Simplemente increíble lo egoistas que podemos llegar a ser. Siempre pensando en lo que no tenemos, en lo que nos falta, en lo que necesitamos. Quejándonos de lo que nos parecen "días malos". No somos conscientes de la suerte que tenemos de tener como "días malos", días en los que discutimos con amigos, nos salen mal exámenes, o simplemente, nos sentinos de bajón sin razon alguna. 
Preocupándonos por cosas que nos parecen importantes, que nos parecen tener algun tipo de importancia real en la vida cuando no son mas que chorradas

Un mal día de verdad es el que todo el mundo debería tener, o por lo menos presenciar, para darse cuenta de lo que de verdad importa, lo que de verdad nos afecta y de la suerte q tenemos todos de tener días buenos. Somos así de inconscientes que hace falta que pasen cosas horribles para darnos cuenta de lo que realmente importa en la vida. ¿No somos capaces de parar tan solo un segundo nuestra vida, analizarla, meditarla, dejando de lado nuestros intereses? No. Porque no. Somos demasiado egoistas, somos demasiado ignorantes y, sobretodo, somos demasiado inconscientes. Inconscientes en todos los sentidos. No nos damos cuenta del daño que causan nuestras acciones hasta que ya han provocado consecuencias irreversibles. No hay nada que más impotencia provoque en una persona que no poder cambiar sus actos. No poder cambiar un presente que tan solo instantes atrás era un futuro reversible, modificable. Deberíamos tener la capacidad de preveer esas consecuencias,no estoy hablando de errores, los errores están y estarán siempre. Estoy hablando de las bobadas que llegamos a cometer por pensar en uno mismo por no saber valorar lo que tenemos. Como ya he dicho, no hay nada que podamos hacer ante algo irreversible pero, ¿porqué no evitar que ocurra lo irreversible?




Esta es mi filosofía









Jaime M

La verdadera realidad

 Llegado un momento de nuestra vida, nos damos cuenta de quién realmente somos. Dejamos de lado todo prototipo de persona que queríamos ser, y nos fijamos un objetivo: Hoy voy a ser yo. Objetivo que, trás una vida entera ocultando tu verdadera personalidad, no debe ser muy fácil de cumplir. 

Cuando te das cuenta de esto, y de su irreversible solución, empiezas a fijarte en la forma de ser de los demás, percatándote de detalles que en la vida te habías fijado. De esta manera, creamos una especie de mundo paralelo a la "realidad", en el que intentamos descubrir la verdadera esencia de todo: de cada persona, de cada momento, de cada lugar... Pero nos olvidamos de la base de la que partimos; Cada cosa, cada lugar, cada momento, cada persona puede estar siendo algo que en realidad no es. Puede ser todo mentira o simplemente un intento de ser algo diferente, algo mejor. Pero lo que nadie sabe es que no hay nada mejor que un todo real, un mundo en el que cada cosa, cada momento, cada lugar, cada persona muestre su verdadera forma, sin complejos, sin ataduras, sin acciones que nos lleven a encerrarnos en nosotros. Y darnos cuenta poco a poco que vivimos en un mundo ficticio, en el que creemos conocer y comprender todo, pero no sabemos ni como somos cada uno.







Jaime M

Lo que de verdad importa

Hay un momento de nuestras cortas vidas en el que nos preguntamos simplemente todo. ¿Quienes somos?, ¿qué hacemos?, ¿a dónde llegaremos? Preguntas del pasado, del presente, pero sobre todo del futuro. Un futuro que desconocemos y, por lo tanto, del que dudamos. Un futuro lleno de sorpresas que acabará dándonos la respuesta a esas preguntas. Hay una cosa que todo el mundo tiene en comun: Nadie quiere vivir un futuro solo. Así que deberíamos dejar de preocuparnos por no saber responder a nuestras preguntas, y empezar a preocuparnos con quién llegaremos a resolverlas. 

Con esta entrada quiero resaltar la importancia de la amistad, de nuestra familia y de las personas que queremos porque ellos son todo. 





Jaime M

miércoles, 20 de febrero de 2013

¿Debería todo el mundo tener acceso a la universidad?

En España, todo el mundo tiene acceso a la universidad siempre y cuando tu nota en selectividad sea de cuatro o mayor, sobre 14. Es decir, con tener un dos con ocho sobre diez estás dentro de una universidad. En otros países de Europa, por no decir todos los demás, esto no es posible y el ir a la universidad es solo para los "mejores". Esto garantiza una mayor cualificación de los alumnos, ya que hay menos alumnos por clase. Además, al salir de la universidad, los aspirantes a un puesto de trabajo de responsabilidad solo serán personas altamente cualificadas y aptas.

En España va todo el mundo a la universidad, esto produce una saturación en las universidades, lo que  supone una mayor inversión del estado que, por supuesto afecta a nuestro bolsillo, en forma de impuestos. Luego, ¿debería ir todo el mundo a la universidad? No voy a responder a esta cuestión, sino que contaré una pequeña historia y que saquen ustedes sus propias conclusiones.

Soy Javier, un alumno de tercero de carrera, estudio en la universidad complutense, ciencias políticas. Teóricamente en mi clase somos doscientos alumnos, a mi me llaman "ciento veintitres". De los doscientos que somos, vamos a clase todos los días o intentamos ir, unos cincuenta. Los demás siempre buscan excusas, y total, como no pagan a los profesores ni la universidad, pues les da igual. De los cincuenta que vamos todos los días, veinticinco no deberían estarlo, pues no saben ni cual es la capital de Italia. Con ellos perdemos un montón de tiempo en explicaciones. De los veinticinco que quedamos, solo diez somos los que de verdad queremos sacar algo de esta carrera. Aspiramos a entrar en la escuela diplomática, vamos a academias de idiomas... En conclusión, de los doscientos que somos en el horario de mañana, diez somos los que de verdad, y en mi opinión, deberíamos estar sentados en el aula.

Con esta historia tomen sus conclusiones, pero para finalizar quiero mencionar lo que supondría un ajuste en la educación y la prohibición del acceso de todo el mundo a la universidad. A la hora de buscar trabajo, cada persona estaría en su nivel, y no habría ingenieros vendiendo hamburguesas. El personal estaría mas preparado, y las empresas, por lo tanto, mejorarían su nivel. Los que no entren en la universidad podrán acceder a una formación profesional, que les llevaría a obtener trabajos y competir entre ellos mismos y no con ingenieros, abogados, arquitectos etc que aplican al mismo puesto de trabajo. Por último, los que no quieran estudiar ni trabajar, que no lo hagan, pero que nuestro dinero no sea un gasto innecesario. El estado invertiría el dinero en aquellos alumnos que destacan y sería propiamente una inversión, y no un gasto como es ahora.

Pero ¿quien haría esa reforma tan arriesgada? Al fin y al cabo supondría un "escándalo" social y el gobierno sufriría un descenso de votantes o afiliados, ya que la sociedad española, o la mayoría de ella, por mucho que tengan carreras y todos tengan algún grado universitario son unos incompetentes, y no se dan cuenta que es lo mejor para el país y para ellos mismos.






Jaime M

martes, 19 de febrero de 2013

El arte de fingir estar enfermo

  Desde tiempos inmemorables los alumnos han fingido alguna vez estar enfermos, pero esta actividad no es apta para cualquiera. Incluye un largo planteamiento, que tiene que ir seguido de una actuación efectiva.

  Las claves para el éxito son las siguientes: Tienes que hacer saber a tus padres tu malestar, con dos días de antelación, que previamente tienes que haber estudiado detalladamente cuales van a ser para evitar no acudir a explicaciones importantes, días que hay deporte etc. Sugiero que el domingo por la mañana, se empiece con un resfriado, tos, dolor de tripa... Más tarde, tendrás que irte a la cama temprano para corroborar tu malestar. Es la noche del domingo cuando debes pensar tu táctica para el, llamémosle, día "E", de enfermo. Por la mañana, tendrás que tomarte un "paracetamol", o hacer que te lo tomas. En el colegio vida normal, pero es cuando llegas a casa cuando debes expresar tu profundo dolor, ya sea de cabeza, de tripa, de garganta o de las tres a la vez, y que tu madre se de cuenta que su hijo esta realmente enfermo. Recomiendo hacer los deberes por si falla el plan, pero que no te vean.

  Sigues el modelo del día anterior, cama temprano y que se oiga tu tos por toda la casa. Para los más profesionales y detallistas, podéis poner el despertador a las cinco de la mañana, ir al cuarto de tus padres y alegar un fuerte dolor de cabeza y como consecuencia pedir un antibiótico o pastilla. Con esto ya tienes el trabajo echo, por la mañana fingirás sentirte fatal y, a no ser que tus padres no tengan sentimientos o sean demasiado listos para su edad, te quedaras en casita y tu día "E"será perfecto.

  Espero que os sirva de ayuda, pero aconsejo no abusar mucho de este plan. Por cierto, os escribo esto un martes, a las doce de la mañana, en mi sofá y con una manta de cuadros cubriendo mi cuerpo "enfermo".





Jaime M

domingo, 17 de febrero de 2013

¿Quién dijo que España no era importante?

Queridos Paisanos,

 Cierto es, que últimamente las cosas en España no nos están yendo muy bien. Es por eso, que escribo esta entrada con el fin de recordaros quienes somos.

 El pueblo español siempre ha sido envidiado por su grandeza, esplendor, nobleza... Porque a pesar de todo, siempre ha seguido unido. Porque ser español es sinónimo de valentía. Y porque se lo debemos a nuestra historia. Salgámos adelante.

 Hoy en día, se sufre de una caída de autoestima, así que es necesario superarse, destacar y ayudarnos entre paisanos. Porque cada individualidad se suma al bien de todos, haz lo necesario para ayudar a España a salir de esta, y que solo sea una más que contar, otra batalla ganada. Porque somos más los que amamos España que los que nos intentan separar. Porque ser español ya no es una excusa: es una responsabilidad.




Jaime M

Diez años mas tarde con El Principito


  Y pasaron los años, y recibí una carta de una rosa. Me contaba, que hace unos días había estado con un niño con cabellos de oro, que no respondía cuando se le preguntaba y que siempre se estaba riendo. Al leerla, me llené de alegría. El principito había vuelto. En dicha carta me contaba aquella rosa su experiencia con él, que dice así:

  Me encontré a un niño que andaba solo por mi planeta, y nada mas verme, se echó a llorar. Yo traté de consolarle, y mientras tanto me contó su historia. Me dijo que me parecía a " su rosa" y que por eso lloraba, porque habían discutido por el orgullo de ella, y que él había huido. Yo le di unos consejos, le apoyé y le invité a quedarse conmigo unos días.

  Pasamos semanas extraordinarias, en las que él se reía mucho. Un día me dijo que quería que fuese suya, pero yo le dije que no podía, que él ya tenía una rosa. Ninguno de los dos sabíamos como reaccionar pues éramos unos inexpertos en esa materia, así que seguimos haciendo lo que se nos daba bien: reír, jugar, a veces pelear… pero siempre desde la amistad y el cariño.

  La rosa, decía en su carta que hoy estaba triste porque el principito se tenia que marchar. Pero volverá. Sin darse cuenta, decía: " Yo ya pertenecía al principito y él a mi ".




Jaime M

miércoles, 13 de febrero de 2013

¿Existen resultados buenos como consecuencia de actos malos?



"El joven Haldane fue tal vez el único ser humano a quien la Primera Guerra Mundial le pareció una experiencia muy gozosa: - gocé de la oportunidad de matar a gente. Adquirió con fondos del almirantazgo una cámara de descompresión a la que llamó olla a presión. Consistía en un cilindro metálico en el que se podía encerrar a tres personas al mismo tiempo y someterlas a diversas pruebas , todas dolorosas y casi todas peligrosas". Una breve historia de casi todo.
¿ Puede la obsesión por la ciencia, por el éxito, o por la fama llevar acabo actos inhumanos y despreciables? 

A veces, estos factores pueden cegarnos la mente y llevarnos a realizar actos inmorales y delictivos. En este caso, es obvio que Haldane era una científico vil y depravado y que los métodos que utilizó no eran los adecuados. Lo que hace preguntarme otra cuestión. ¿El fin justifica los medios? En teoría, estas actividades detestables eran experimentos para " salvar a submarinistas y buceadores de las consecuencias desagradables de su trabajo", es decir, con estos experimentos salvaría vidas de sus compatriotas soldados en la guerra. Experimentaba con humanos porque era la única forma de saber a ciencia cierta los resultados de sus investigaciones. Además, las personas con las que experimentaba eran voluntarios, estaban expuestos a un riesgo consciente para salvar vidas.
En mi opinión, siempre que la persona con la cual se va a experimentar, sea consciente de absolutamente todos los dolores de los cuales será sometido y de sus consecuencias, sí se puede experimentar con él. Experimentas con una persona para salvar más. ¿Tengo el derecho de poner la vida de alguien en juego? Mientras lo acepte ese alguien sí, porque es para un bien mayor, en este caso salvar a los submarinistas y buceadores. Luego, antepongo el fin ante los medios. Sí, en este caso me parece correcto, dadas las condiciones dichas.

De esta forma, puedo justificar los actos que hiciese respecto a experimentar con personas, pero no su carácter ruin y aborrecible " Su esposa, lanzada a un descenso simulado, sufrió una vez un ataque que duró trece minutos. Cuando al fin dejó de dar saltos en el suelo, la ayudo a levantarse y la mando a casa a hacer la cena". Es obvio que esta persona era un perturbado además de desequilibrado.




















Jaime M





martes, 12 de febrero de 2013

Una experiencia única


De los viajes que he hecho, el que más me gustó fue a Inglaterra. Tenía 11 años y mis padres me mandaron para que aprenderá ingles, cosa que ahora les agradezco.

Cuando me dijeron que iba a pasar allí el último trimestre escolar pensé que era de broma, una amenaza, o lo típico que se les pasa por la cabeza de repente. No me lo creí hasta que me vi metido en el avión. Intenté ver el lado positivo: son solo 90 días, pasaré desapercibido, el tiempo pasa rápido...

Al llegar al colegio y ver a toda aquella gente, tanto profesores como alumnos, mirándome y hablándome en aquel idioma del que solo sabia" Hello, I´m Jaime" entré en una especie de parada mental, ¿qué iba a hacer yo allí?
La despedida, sin mas. Beso a mis padres y... me quedé solo. El primer día conocí a algunos niños, me dieron mi nuevo uniforme, mi cama... Fue la segunda noche cuando me dí cuenta que aquello era real, que estaba en medio de la campiña inglesa en el condado de Sommerset en el pueblo Crewekerne del cual nunca había oído hablar a nadie.

9 de julio, sentía una pena increíble, ya había pasado todo! Pero... si llevo dos días- pensé. Ver a mis padres fue la única alegría. Los meses que había estado allí fueron increíbles, tenía un montón de amigos y no me quería marchar. Me había acostumbrado a todo aquello. Incluso aprendí algo más que decir "Hello I´m Jaime". Qué experiencia tan genial.
Tuve la suerte de volver durante cuatro años más y aquellos desconocidos se convirtieron en mis más queridos conocidos. Menos mal que mis padres tomaron esa decisión por mi. El inglés que sé ahora, se lo debo a ellos.






























Jaime M